lunes, 1 de junio de 2009

En el nombre del padre ( I Parte )


En las afueras de la ciudad
en un modesto pueblo
el párroco Ermindo
daba la misa de todos los domingos.
En la fila de adelante
yacía inocente la joven Melisa
despampanante petisa
dueña de dos melones
que hacía aullar a los santurrones
y un solemne anco
que al padre le alborotaba el ganso.
Ya al final de la misa
la inocente Melisa
fue llevada con engaño
por este cura engrosa rebaños
que por un objetivo tenía
saciar su enjuto caño.
-¡Ven hija mía!-
le espetó a la ingenua niña
éste pérfido Monseñor
que hace mucho no veía
la cara del Señor.
No temas adorada mía
y sigue mis consejos
que debajo de mi sotana
tengo un lindo conejo.
-¿Y me hará daño padre?-
preguntó candorosa la niña
-¡no temed!-
adorable criatura
porque yo tengo la llave
para tu santa cerradura
que insertaré en tu ranura
para abrirte las puertas
de esa fértil huerta
donde juntos entraremos
con tu pavo y mi conejo
a la tierra prometida
amada y querida niña. Continuará...

2 comentarios:

  1. No, no y no!!!! No podes. Pero est buenísimo. Me hizo reir mucho
    Bueno como diríamos aquelos que creemos en Dios, pero no en la Iglesia...JUasssssssssss.
    Y que Lugo te perdone.

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