martes, 14 de agosto de 2012

Matanza y tolerancia cero

La policía neoyorkina, racistas si las hay, y al más puro estilo far west, cocinó a plomo limpio a un hombre fuertemente armado con un cuchillo que a la distancia  amenazaba a los uniformados y desafiante les espetaba: shoot me, shoot me! (dispárenme, dispárenme). Los guardianes del orden y de la ley no titubearon e inmediatamente hicieron caso al pedido. Una tras otras las siete de las doce balas escupidas por las humeantes pistolas, con rabia y determinación desmembraron la carne del acribillado.


 

En la ciudad donde rige la tolerancia cero y que pertenece a un país que tiene devoción por las armas de fuego y les rinde culto, en donde andar masacrando gentes de a montones está muy en boga, Darrys Kennedy de 51 años de edad, en plena luz del día y con un Time Square devenido en un juzgado improvisado con testigos ocasionales y en donde las balas fueron las únicas que hablaron, en un brevísimo juicio fue declarado culpable y ejecutado por desobedecer a la ley, portación ilegítima de cuchillo, faso de marihuana y contrabando de piel. El pobre infeliz que tuvo la desgracia de ser, negro era.


Michael Bloomberg, el blanquísimo Alcalde de la ciudad de Nueva York, de la matanza dijo: “fue un incidente desafortunado”. Toc! Toc! Caso cerrado.