Santiago del Estero, tierra del canto y de sanas y mansas costumbres, es el único lugar en donde los gallos no anuncian alegres el nuevo día con sus sonoros graznidos. Se desperezan después de la siesta y tras la cena sus gargantas están de fiesta.
Bienvenidos. En este blog plasmo mis pensamientos sin misericordia. Como escritor soy como Eber Ludueña para el fútbol, un rompe huesos. Soy frontal, irónico, ácido, procaz y mordaz. Este escritor accidental se define humildemente como un rebelde natural, polemista apasionado, un redactor asesino, desdibujante de las letras y un deconstructor literario. Pacifista comprometido y mercenario literato. Me divierto de mis ocurrencias y me burlo de mi mismo.
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