
Inspiración…, a lo largo de los siglos
y desde tiempos remotos,
millones alguna vez la tuvieron.
Nace en el momento, como sin esfuerzo y de forma espontánea.
Ha tocado a escultores y pintores, a oradores y escritores,
a arquitectos y constructores, y hasta ignotos entusiastas.
Yo no tengo musa que me inspire, ni nada que me obligue
a plasmar mis pensamientos.
Solo hay algo que me inspira, es el calor de mis afectos
y ese loco amor apasionado que yo siento
por la literatura y la escritura.
Tomo la pluma, la siento entre mis dedos,
la lámpara, la hoja, la tinta y yo,
la sangre literaria por mis venas y una historia original.
Hacerlo me hace feliz, escribir me embriaga el alma,
me nace desde adentro y con eso me contento.
Yo no copio ni tampoco imito,
tengo mi voz propia y expreso lo que siento,
por más que a muchos les irrite,
lo que me dictan mis sentimientos.
¡Al diablo con mis detractores!
¡Yo escribo para mis lectores!
Me inspira la literatura y también me inspiran mis amigos,
que me miman y me animan,
en cada uno de los momentos.
El relato no se explica, se lo siente y fluye desde adentro,
pues yo puedo decirles,
¡Que escribir es un sentimiento!
[Dedicado a mis fieles seguidores, a todos los que sienten el relato
y la literatura como yo, y especialmente a mi amigo Karl]