martes, 22 de febrero de 2011

Un mundo ciego, sordo y mudo, pero cuando le conviene, ve, escucha y se hace escuchar

El pueblo Libio en busca de la tan ansiada libertad, en las calles lanza protestas contra Gadafi para que este dimita. El dictador se resiste a dejar el poder y sin misericordia cobardemente desde los aires les reprime con misiles. Los medios entre la balacera informan como pueden. Por las distancias, las noticias se pierden en el camino, las con mejor suerte llegan cansadas y algunas de tanto andar, desfallecen con las botas cambiadas. Ante la desgracia, el mundo silba bajito, mira a un costado, consulta en Wall Street, come hamburguesas Mc y toma bebida cola. Muchos, de las matanzas ni enterados están. Y es porque a nadie le importa la vida de un nadie, de un libio, de un árabe, de los que no tienen piel ni nombre, sino códigos de barra. Los muertos se convierten en números. Ellos no mueren sin identidad; sino que tienen el desgraciado privilegio de nacer, vivir y perecer como NN. Los mandamases del planeta junto a la prensa que responde a sus intereses, en gran medida son responsables de sensibilizar a las personas, y las personas son culpables por comprar sin cribar ni reflexionar lo que ellos les venden. Desde la cuna ellos enseñan a ser sumisos. Los imperialistas no preguntan, imponen, por las buenas o por las malas. Ud. calle, no pregunte y obedezca. Si el paquetito tiene fecha de caducidad, no dude y desconfíe, es made in Imperio. Pase por caja, abone y disfrute, y aunque huela a podrido, trague igual.

1 comentario:

  1. .."Desde la cuna ellos enseñan a ser sumisos".. pusiste, Fana. E inmediatamente asocié con algunas cuestiones que trata Foucault en "La revolución imposible". Y bueno. En uno está optar por una "cajita feliz" o por un argentino "choripan" si pudo llegar a zafar, a tiempo, de caer en la trampa. Besos. Alejandra

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