domingo, 17 de enero de 2010

Mujer siglo XXI


Mujer moderna siglo XXI que ya nada te conforma. No hay principios, códigos, ética, buena moral ni valores en tu vida. Da todo igual y no importa como lo consigas. El que dirán te importa un cuerno. Querés la chancha y los veinte, la guita y la pinta, lo fashion y lo lujoso, al portentoso rubio de ojos azules, rico o advenedizo, aristócrata u oligarca (…) Al fin y al cabo lo único que importa es que tenga plata y una pletórica cuenta bancaria. Glorificas al pavote parlanchín que tiene dos neuronas, una que le dicta y la otra que la asiste. Su vocabulario es tan vacuo y lúgubre como su ser que cultiva. Bolu y pelotu abarcan la mitad de su acervo cultural. La otra es facebook, el celu y el chat. Libros si, pero solo para el fuego del asado. Si deseas algo que no puedas conseguir por tus propios medios, no hay problema, peteas y lo tenés. ¿Esforzarme para que? Mucho rollo. Más fácil es abrir las gambas. Sos soñadora por naturaleza. Vivís en una nube y no te animás a tocar tierra por miedo al desencanto. Esperás eternamente que venga por ti el príncipe de sangre azul y te lleve a su castillo en su carroza dorada; pero lo más probable es que aparezca un pobre gato y te mueva el piso. De hecho es lo que sucede. La nariz respingada, los ojitos claros, su trabajado cuerpo, la piel bronceada y la pinta de un galán, no son arquetipos suficientes para elegir al hombre que te acompañará el resto de tu vida. Después de que te separaste de ese haragán irresponsable, y quedaste sola a cargo del crío, te das cuenta que en un principio lo que creías que fue amor, era solo calentura. Demasiado tarde. El amor es otra cosa. Es bueno aprender de los errores. Reincidir en ellos es de tontos ¡Y como los hay!
El corazón es traicionero. La cabeza es la mejor guía. Hay que pensar y saber elegir. Amor, lo que se llama amor y parejas, eran los de antes.

domingo, 10 de enero de 2010

Nace un ídolo entre los anfibios: Limon ra, el dios de la jarana y "Las ranas legionarias de la taberna de los sábados por la noche"


Este dios que nació accidentalmente entre los anfibios, era un charlatán con una gran retórica, un loco tocado de sueños mesiánicos, y un timador embustero que vivía de los tontos. A diferencia de otros dioses, Limon ra era un haragán amante de la jarana, de la verbena, la fiesta, el júbilo y la algarabía; detestaba lo bueno, lo decente, la parsimonia y lo pacífico. Incitaba permanentemente la joda y el bullicio. En contraste con otras religiones, Limon les prometía a la generación adúltera y pecadora que cuando mueran, siete bellas ranas vírgenes les esperarían en los pantanos celestiales del más allá, donde vivirían eternamente entre la lujuria, la jarana y el opíparo. ¡UN GRANDE! Este fiestero disoluto amenazaba a los anfibios íntegros de buena moral, achicharrarse en los pantanos más pestilentes, donde las ranas más horripilantes las castigarían con sal sobre sus enjutos lomos por el resto de la eternidad (…) Y eso si, guay con querer adorar a otras deidades paganas, porque ahí será el llanto y el rechinar de dientes, donde el castigo y el dolor serán de una magnitud indescriptible e inimaginable.

Las ranas también crearon su dios a imagen y semejanza, con la diferencia de que ésta no sacrificó su vida para librarles de los pecados a sus congéneres ni mucho menos, sino que un sábado por la noche, el dueño de la taberna en un acto de furia, cansado de las charlatanerías de ese embustero y farsante, (requisitos indispensables para llegar a dios) la crucificó por no pagar el morfi y el chupi que la rana Limon les había ofrecido a sus discípulas en la que fue su última cena. Fue ahí cuando sus ranas-apóstoles fundaron la religión de "Las ranas legionarias de la taberna de los sábados por la noche", en donde la líder rana se convirtió en Limon ra, el dios de la jarana. Se le conoce al menos un milagro. En una noche de convite, en la que se les había acabado el Juice of green seaweed (algo así como la cerveza nuestra pero a base de algas en vez de malta, con un marcado sabor a limón) y con unas ganas locas de seguir chupando, desesperados y sin un cospel, la rana adalid cerró los ojos, usando como talismán dos limones elevó sus manos sosteniendo uno en cada de una de ellas, miró al pantano, dijo unos croac croac cuasi-mágicos, y como por arte de magia a sus espaldas sobre la barra le apareció una botella de Juice of green seaweed incólume ¡Milagro! No, nada de eso. Luego se supo que el cantinero que estaba agachado detrás del mostrador, la había puesto sobre la barra para luego llevarla a una mesa. El cantinero jamás supo que pasó con su botella. Las ranas-apóstoles tergiversaron los hechos y se encargaron de ocultar la evidencia. No se necesitaron más pruebas que las requeridas y el milagro le fue concedido ipso facto. Resultado: Nació una religión (y van…) entre los anfibios y las ranas bullangueras ya tienen un ídolo a quien venerar. Limon ra, la rana fiestera y disoluta de la taberna de los sábados por la noche. Amén.

"Yo digo que ambos somos ateos. Yo sólo creo en un dios menos que tú. Cuando entiendas porqué tú deshechas todos los otros posibles dioses entonces entenderás porqué yo deshecho el tuyo" (Stephen F. Roberts)

viernes, 1 de enero de 2010

Yo hereje


Soy un hombre libre, sin cadenas ni ataduras.
No creo en los dioses, en las hadas ni en los duendes.
Quizás esté en mis genes. Somos todos diferentes.
Simpatizo con las ciencias y soy renuente a las creencias.
Estoy anclado a mis principios, y no hay marea que me arrastre
a las cavernas ni a lo sombrío.
No le temo a la oscuridad y la combato con luz propia.
La razón es mi mejor aliada para combatir los pensamientos deletéreos,
que carcomen el intelecto y oscurecen la conciencia.
No soy un héroe ni tampoco un superhombre; pero si soy un valiente
que combate a los fantasmas, que deambulan en las masas
queriendo dominar desde temprano
a esas pobres e indefensas mentes incipientes.
¡Vivan los libres pensadores!
Los libertarios sexuales, los que queremos y defendemos a los animales,
los herejes, y las brujas, los de verdadera caridad, los de alma grande.
¡Viva Hypatia, Galileo, Feuerbach, Darwin y Sagan!
Maldigo al inefable Pablo de Tarso.
¡Loor a los que dieron su vida por el bien de la humanidad!
A los que fueron quemados en la hoguera por esos demonios imperecederos
que aún revolotean amenazantes por los techos de este mundo.
¡Oh ancestrales humanos medrosos e insensatos!
Maldita la hora en que trajeron a esos dioses,
por temerle a lo desconocido y por miedo a la propia muerte.
Dioses que se multiplicaron por millares, que vinieron para quedarse,
donde ya todo lo abarcan y que se apoderaron de nuestras mentes.
¡Ey Sapiens despierta!
Ser heterónomo, libérate de los grilletes y anímate a ser libre.
Todavía estás a tiempo. Atrévete a abrir los ojos antes de que sea tarde.
La vida es demasiado corta.
Es ésta la que vale y después no hay otra.